Mi voto – Por Hugo Noé Pino sobre la importancia del proceso electoral en Honduras

Los que sostienen que estas son las elecciones más importantes en Honduras desde hace mucho tiempo, tienen razón. El tejido social hondureño está fuertemente dañado producto del golpe de Estado del 2009, del deterioro institucional producto de formas autoritarias de poder en los últimos años, de la amenaza del crimen organizado en todas sus manifestaciones, y principalmente, de la exclusión social y económica de la mayor parte de la población que vive en la pobreza o en la extrema pobreza.

Para comenzar a restaurar ese tejido se requiere un gobierno verdaderamente democrático, pero no en el sentido tradicional de la palabra, sino en el de una auténtica democracia representativa. La democracia nuestra es una democracia de fachada porque considera que al asistir a las urnas se le extiende un cheque en blanco al partido ganador para que haga y deshaga con el país. El contubernio de grupos políticos y económicos para extraer o generar ganancias a partir del Estado es impresionante.

Mientras en los hospitales no hay medicinas ni equipo médico, se alquilan lanchas por más de mil millones de lempiras con el único fin de obtener beneficios personales en estas transacciones. Mientras cientos de escuelas están en situación deplorarable, se compran cámaras de seguridad que no funcionan y a precios por arriba de sus valores originales.

Nuestro retroceso ha sido tal que Amnistía Internacional califica de “espantosa” la situación de los derechos humanos en Honduras; se ha reducido la calificación del país en el índice de competitividad, en el Doing Business del Banco Mundial, en las calificadoras de riesgo soberano, etc. Mientras que los índices de la delincuencia aumentan, la institucionalidad se resquebraja y la confianza en la democracia disminuye.

Porque en la actualidad la separación de poderes no existe en el país y se ha ido configurando un gobierno en que el partido en el poder decide qué y cómo se hace en cualquier instancia de gobierno. Es así que deciden vender o concesionar bienes públicos sin los requisitos mínimos de transparencia. Se creen los dueños del país y que pueden hacer lo que se les antoja y que nadie les puede deducir responsabilidades porque los entes contralores del Estado están a su servicio.

Xiomara y Libre representan una alternativa con fuerte sustento popular. Una alternativa en donde el gobierno no sea la extensión de élites económicas y políticas, sino que represente verdaderamente a amplio sectores de la sociedad, tomándolos en cuenta al momento de las decisiones. Desde este punto de vista, obreros, campesinos, patronatos, maestros, etnias, tienen cabida en el proyecto de refundación nacional al igual que empresarios honestos, académicos, sectores de la sociedad civil, iglesias y demás miembros de nuestra sociedad.

La asamblea nacional constituyente planteada por Xiomora y Libre representan la mejor oportunidad para reconstituir ese tejido social roto por medio de  pacto social que el país urge para superar su situación de calamidad. Un pacto que establezca los objetivos estratégicos de Nación, que defina prioridades para el uso de los escasos recursos financieros que contamos, que haga sentir que la democracia es algo que se vive diariamente.

Xiomara ha demostrado tener el carácter y la experiencia en la función pública para llevar a Honduras por esa ruta de cambio verdadero. Su liderazgo, producto de las luchas de la resistencia en contra del golpe de Estado, le han granjeado el reconocimiento y apoyo de diversos sectores nacionales e internacionales. Todo esto en el marco de una lucha desigual en recursos y en acceso a los medios de comunicación.

La presentación reciente de su plan de gobierno, preparado por alrededor de doscientos profesionales de diferentes ramas, es también una muestra de ese apoyo y refleja claramente no sólo un conocimiento cercano de los principales problemas del país, sino también la forma de resolverlos. En ninguna campaña política ha habido un acercamiento tan fuerte del sector intelectual a un candidato o candidata, como el expresado a Xiomara y a Libre.

Las tareas y los desafíos son enormes, pero cuando se tiene la voluntad y se cuenta con la participación del pueblo, son más fáciles de enfrentar. Honduras necesita urgentemente de esos cambios y de un gobierno auténticamente democrático, en donde la reconciliación y el pacto social señalen el camino a seguir para un país con crecimiento, pero sin exclusión social. Por esto y por mucho más, mi voto es para Xiomara y Libre.

 

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