Sirios: hijos de la guerra – Periódico La República, Uruguay

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

En setiembre estarán en nuestro país los niños sirios, hijos de la guerra. Su presencia es fruto de una iniciativa del presidente José Mujica, que por cierto es polémica pero cargada de un humanismo profundo que no será fácil de entender por amplios sectores de nuestra población.

A la vez se puede discutir si la apertura de nuestra sociedad hacia esos infantes es conveniente que se haga a un mes de las elecciones nacionales, donde los factores culturales tienen fuerte influencia.

Es que si bien nuestra sociedad es abierta a las distintas expresiones universales, siempre hay algún espacio por donde se puede colar el racismo. Por ello el gobierno de izquierda tendrá que actuar con serenidad, pero también con un discurso lo suficientemente democrático y humano, para que sea patrimonio del conjunto de los uruguayos.

En este sentido el Poder Ejecutivo ha actuado con certeza al nombrar al secretario de Derechos Humanos de la Presidencia, Javier Miranda, como el encargado del operativo solidario.

La única condición que impone Uruguay es que en el grupo familiar haya una persona con capacidad de trabajo. El funcionario aclaró que el gobierno maneja un concepto de familia “ampliada” ya que se entiende que “en esas comunidades es habitual un referente masculino como tío, un hermano mayor, o un cuñado y no es usual la clásica familia de padre y madre”. Advirtió que es muy probable que “vengan niños con vínculos familiares que no necesariamente tengan filiación directa”.

En un lapso de 6 a 8 semanas, los reasentados sirios se alojarán en el hogar Marista San José. Posteriormente se los ubicará en lugares fijos y el Estado uruguayo se hará cargo de todo lo demás que se requiere para la inserción de estas personas en el país.

Por lo pronto, los ministerios de Trabajo y de Desarrollo Social tendrán una directa participación en cuanto al proceso de readecuación.

Los reasentados sirios gozarán de todos los derechos que tiene cualquier habitante del país; no tendrán los derechos políticos aunque en el futuro podrán gestionar la ciudadanía legal.

No será una tarea sencilla dar cobijo a estos niños, por ello es fundamental la educación sobre esta temática de la niñez residente en Uruguay, así como de los propios refugiados.

Hoy viven en nuestro país decenas de adultos que en la década del 70 fueron niños refugiados en distintos puntos del planeta, que tienen una rica experiencia para compartir, aunque no sean hijos de la guerra. Creemos que a ellos también hay que tenerlos en cuenta.

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