Ecuador – Elecciones 2017: sobre candidatos y escenarios iniciales – Por Kintto Lucas

1. Análisis crítico

Tanto la crítica como la autocrítica, son una escuela. La crítica es algo que no todos aceptamos, y los que la aceptamos, muchas veces lo hacemos a regañadientes. El análisis crítico es una reivindicación de años desde la izquierda. Pero muchas veces es justamente la propia izquierda que tiene temor de analizar la realidad con una mirada crítica. Aquellos que dejan de lado el pensamiento y el análisis crítico, tienen una alta probabilidad que tarde o temprano mueran ahogados con su corbata.

Para quienes no aceptan el análisis crítico, sea porque cuidan un puestito de trabajo, o sea porque se dejan llevar solo por la pasión, este análisis les parecerá una locura y posiblemente se “paren de cabeza”, como los hinchas de fútbol que no aceptan comentarios contrarios a su equipo. Por lo tanto les aconsejaría dejar de leer ya en este párrafo. Si, aunque sea con dudas, aceptan un análisis crítico, pueden seguir leyendo, aunque no aspiro a que estén de acuerdo.

2. Rafael Correa candidato

Faltan dos años para las elecciones presidenciales y ya se empiezan a mover las frutas en las distintas canastas. Obviamente, el escenario electoral será uno si el presidente Rafael Correa finalmente es candidato y otro si no lo es. En todo caso, mirando en perspectiva, el único que puede mantener totalmente unida Alianza País y otros sectores que le dan aire de pluralidad en un frente político-social común al gobierno, es Correa.

Pero más allá de su figura, el escenario de las próximas elecciones no será el mismo que el de las anteriores. A nivel objetivo y subjetivo de la sociedad hay cambios importantes que ya se expresaron en las elecciones locales del año pasado y se han ido consolidando. Por lo tanto será una elección diferente, en la cual el resultado ya no dependerá solamente del arrastre del presidente. Será necesario un candidato a vicepresidente o vicepresidenta que le aporte una buena imagen en la Sierra para contrarrestar cierto cansancio que se nota en aumento, en especial en Quito.

Una cosa es la popularidad, la aceptación del presidente y de su gobierno, otra es que realmente se llegue al voto. Hasta la elección presidencial anterior la popularidad se correspondía con el voto. Ahora ha subido el porcentaje de gente que piensa que Rafael Correa ha sido un buen presidente y ha hecho un buen gobierno, pero no votaría por él. Eso, en parte se corresponde con el corrimiento de aquellos que pensaban que había sido un “muy buen” gobierno hasta hace algunos meses y ahora piensan que solo ha sido “buen” gobierno. Parece que de a poco se está conformando un voto duro contra que es necesario tenerlo en cuenta y analizarlo más detenidamente.

En todo caso, incluso siendo el mejor candidato, en estos dos años el presidente debería reposicionarse en algunos sectores y para eso debería primero volver a tener respuesta política que ya hace tiempo no la tiene. Para eso necesita otro tipo de comunicación y otro tipo de estrategia política.

La comunicación gubernamental actual está agotada. Si bien fue muy importante hasta hace poco, ahora ya no lo es. Por otra parte, desde el gobierno se nota falta de reflexión política, que le lleva a no analizar escenarios, y falta de creatividad en dar respuestas políticas acordes a hechos políticos determinados.

Esa falta de respuesta política, lleva a veces a enfrentamientos sin sentido. Una cosa son los enfrentamientos propios y necesarios en la disputa política, otra son los enfrentamientos que solo sirven para desgastar al presidente y al propio gobierno.

La única respuesta política consistente fue desde Alianza País la creación del frente político y social con diversos sectores. Más allá de la representatividad de cada uno de los que integran ese frente, simbólicamente muestra amplitud de apoyo por fuera del gobierno. La otra respuesta ha sido una mayor consolidación del movimiento, con nueva estructura, elecciones internas y mayor presencia real nacional.

Sin embargo, no hay respuesta política desde el ejecutivo, no la hay desde la Asamblea, no hay respuesta desde los poderes locales del gobierno y no hay respuesta desde los sectores políticos y sociales que están con el gobierno, incluso el discurso del propio presidente se nota desgastado. Todos esperan que la respuesta llegue del presidente y no hay una respuesta propia.

Hacer un acto para repetir discursos, llevar gente a ese acto, decir que se hizo por el país lo que no hizo nadie, ya no significa lo que significaba antes. En realidad significa muy poco si no hay detrás de eso una respuesta política que, a su vez genere hechos políticos.

Por eso, incluso siendo candidato Rafael Correa, ahora, para bien o para mal, la candidatura vicepresidencial y el primer lugar de asambleístas, tendrá la importancia que antes no tenía. Seguramente hay algunos y algunas que sueñan con ser candidatos, todos tienen derecho a soñar, pero es distinto que le aporten algo nuevo al presidente.

En se sentido, la mejor fórmula electoral sigue siendo con Lenin Moreno que, tal vez, es el candidato que más le aportaría en ese sentido. Si no es de vicepresidente, por lo menos encabezando la lista de asambleístas. Algunos pueden decir que esto es inviable porque ya se le menciona como posible opción presidencial ante la posible deserción del presidente. Sin embargo, si es opción presidencial por el “proyecto político” también podría ser opción vicepresidencial por el “proyecto político”.

Lo interesante de Lenin Moreno es que además de una valoración positiva, no tiene un juicio negativo del electorado en su contra.

3. Lenin Moreno candidato

Más allá de integrar una posible fórmula, el ex vicepresidente es, sin duda, el único candidato gubernamental después de Correa con opción de victoria. Claro está, que una cosa es la popularidad y el cariño que le pueda demostrar la gente y otra que finalmente vote por él.

En todo caso, si Lenin Moreno logra encausar en su respaldo a todos los sectores de Alianza País y a todo el frente que respalda al presidente, tiene un candidato vicepresidencial que le aporte en la costa y encabeza la lista nacional de asambleístas un candidato con representatividad propia -no inventado o inventada- , sería un presidenciable muy fuerte.

Sin embargo, si la candidatura provoca fisuras en Alianza País y en el frente que apoya al gobierno, la realidad puede ser otra. En ese sentido, si Rafael Correa no quiere ser candidato a presidente pero quiere salvar el “proyecto político” una opción que le queda es encabezar la lista nacional de asambleístas. Sería una fórmula casi imbatible.

4. Ramiro González candidato

Si la candidatura de Lenin Moreno produce fisuras en Alianza País y en el frente que apoya al presidente, una candidatura surgida del mismo sector que se perfilaría con buenas posibilidades es la de Ramiro González. Si bien ahora muchos no la visualizan, con algunas movidas políticas puede transformarse en una candidatura fuerte y con chance.

González podría ser un presidenciable de trascendencia, incluso frente a Lenin Moreno si: logra unificar un frente nacional -algo que de alguna manera ya lo ha ido armando a través de presencia local y provincial-; si a ese frente logra sumarle otros sectores y personalidades que actualmente respaldan al gobierno; si la nueva Izquierda Democrática liderada por el ex presidente Rodrigo Borja se consolida como espacio socialdemócrata por fuera del gobierno y le da su respaldo en una especie de frente socialdemócrata; si fortalece una alianza con parte de Pachakutik y otros sectores con presencia local como se dio en las elecciones para alcaldes y prefectos; si logra un candidato vicepresidencial que le aporte y ayude a posicionar en la Costa.

5. Nebot, Rodas y Carrasco en alianza

Conocedor de las distintas opciones y los posibles escenarios, por el lado de la derecha, Jaime Durán Barba está intentando armar un frente que muestre amplitud política y una pluralidad social para consolidar un “proyecto político” que se oponga al del gobierno. Es en ese sentido se da el intento de juntar a Jaime Nebot, Mauricio Rodas y Paúl Carrasco, a los cuales asesora.

En realidad la apuesta de Durán es fortalecer la imagen de Rodas con un apoyo por derecha de Nebot y por “izquierda” de Carrasco. Si bien Carrasco aspira a ser presidenciable, me da la impresión que Durán Barba tiene otra propuesta para él.

Parece que a Carrasco le han hecho creer que con los eventos juntos, se irá haciendo conocer a nivel nacional, ya que actualmente es una figura muy local. Si bien es verdad que pueden servirle para posicionarse nacionalmente un poco, puede ocurrir también que solo quede la imagen de un seguidor de Rodas y Nebot.

Para los alcaldes de Quito y Guayaquil, en cambio, la figura de Carrasco les sirve para limpiar la imagen negativa y mostrar una capacidad de integración y diálogo por “izquierda”. Por otro lado, el prefecto azuayo ayuda a limpiar la imagen negativa de Nebot en la Sierra y a posicionar a Rodas en Azuay. La idea es mostrar izquierda con Carrasco, centro con Rodas y derecha con Nebot, juntos, con capacidad de reconciliar al país y darle estabilidad.

Si eso finalmente cuaja con un candidato como Rodas, con el apoyo directo de Nebot participando como candidato a alguna dignidad importante -sea encabezando lista nacional de asambleístas o alguna otra opción-; con Carrasco también como candidato a alguna dignidad importante; armando un frente de diversos sectores políticos y sociales de la Sierra, Costa y Amazonía y trabajando desde los poderes locales que manejan; se podría transformar en una opción con muy buena chance de disputar la presidencia.

Muchos dirán que Rodas se ha desgastado en poco tiempo, que Carrasco es local y Nebot muy cuestionado en la Sierra. Pero hay que analizar las cifras de encuestas regionales y los imaginarios para entender que simbólicamente una alianza de este tipo, sumados otros sectores y figuras, puede lograr amplia llegada en diversos ámbitos.

En cuanto a las izquierdas que están por fuera del gobierno, es necesario un análisis detallado por la dispersión y la poca capacidad actual de proyección. Con excepción de Pachakutik , que tiene un apoyo duro siempre en determinadas localidades, el resto en principio va atrás de alguna de las opciones ya presentadas, unos con Carrasco aunque todavía no se consolida, otros con Guillermo Lasso aunque parezca mentira, pero por ahora, esas izquierdas no tienen un futuro electoral claro ni trascendente.

En fin, se trata de un análisis inicial, falta profundizar en distintos aspectos. En futuros artículos iré integrando otros elementos necesarios para ir construyendo un análisis global más completo hacia las próximas elecciones presidenciales.

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