¿Más de lo mismo en la OEA?- El Periódico (Guatemala)

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Ayer, como estaba previsto, fue elegido como Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA) el excanciller uruguayo Luis Almagro, quien fue postulado como candidato único después del retiro del exvicepresidente y excanciller de Guatemala, Eduardo Stein, por razones de salud. Almagro sustituirá al político chileno José Miguel Insulza, quien, después de diez años al frente de la OEA, dejará el cargo el 25 de mayo de este año, bajo cuya gestión la institución se debilitó, perdió peso político y respeto, debido, en gran medida, a la falta de voluntad política para enfrentar con firmeza a los gobiernos de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA).

De hecho, en diciembre de 2011 se constituyó en Caracas, Venezuela, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), como un organismo alternativo integrado por los países latinoamericanos y caribeños, que excluye a Canadá y los EE. UU., cuyo objetivo es promover la integración y desarrollo de los países miembros. Con motivo de la fundación de la CELAC, el expresidente de Venezuela, Hugo Chávez, afirmó que la CELAC debía ser un escudo protector contra la injerencia de las grandes potencias y convertirse en un cortafuego contra la “locura imperial”. Asimismo, Chávez dijo que la OEA llegaría a ser reemplazada y la calificó de organismo obsoleto para promover el desarrollo económico y combatir los problemas sociales en América Latina.

Insulza también fue incapaz de hacer valer la Carta Democrática Interamericana, que promueve la democracia representativa en el hemisferio, frente a los regímenes populistas autoritarios (Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, etcétera), y permitió que se cuestionaran las competencias y funciones de la Comisión Interamericana de DD. HH. (CIDH) por parte de la ALBA.

El Sistema Interamericano de DD. HH. (CIDH, Corte Interamericana de DD. HH. y Relatorías), que es parte integral de la OEA, tiene como finalidad la protección supranacional de los derechos fundamentales en América Latina. En todo caso, cabe advertir que la CELAC es un espacio intergubernamental sin mecanismos de protección y defensa de los DD. HH.

Preocupa que se perciba que Almagro no entiende el rol de la CIDH, como protectora y defensora de los derechos fundamentales, debido a que, al igual que los regímenes de Venezuela y Ecuador, se ha decantado por una “mayor atención” a los derechos económicos, sociales y culturales, y no por la protección y defensa de los derechos fundamentales, tales como las libertades de expresión de ideas y de manifestación, así como los derechos de resistencia, a la seguridad personal, a una justicia independiente e imparcial, y a la propiedad privada, y los demás derechos y libertades inherentes a la persona humana.

El Periódico

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