Producción transgénica- Editorial La Jornada, Bolivia

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Un tema que debe tomase ene cuenta en la cumbre agropecuaria es el de la producción de alimentos y bases energéticas agropecuarias genéticamente modificadas. Latinoamérica se encamina a ser el mayor cultivador de productos transgénicos del planeta, desplazando a Estados Unidos que por el momento llevan la delantera con más de 70 millones de hectáreas. Efectivamente, Argentina, Brasil y Colombia son los mayores productores de transgénicos en la región y les siguen Guatemala, Honduras y México.

Las necesidades de alimentos en el mundo son cada vez mayores, los precios casi se han duplicado en la última década, pero las investigaciones ofrecen alternativas para producir más en condiciones favorables para el medio ambiente, pero que todavía generan dudas sobre sus consecuencias en la salud de la gente.

Según informes especializados, la ingeniería para la modificación genética de productos permitió la siembra de 170 millones de hectáreas de cultivos transgénicos en el mundo hasta 2012. Durante los últimos dos años, con el estímulo de mejores precios del trigo, soya, maíz y otros, se han incrementado los cultivos, mientras los debates continúan entre los científicos que se inclinan por su divulgación, y activistas que ven un Frankestein en todo aquel que acepta los productos genéticamente modificados.

El uso de la tecnología ha tomado fuerza en la producción agropecuaria.China e India también aplican estas tecnologías que implican transferir al producto un gen de otra especie que resulta resistente a herbicidas, plagas y cambios climáticos extremos.

De acuerdo con un estudio reciente de la ONU, titulado “World Population Prospects”, la población mundial para el año 2050 será de más de 9.600 millones de personas. Una cifra que lleva a los expertos a formular el cuestionamiento sobre si los recursos naturales podrán abastecer la demanda de alimentos para esa población.Investigadores del Instituto de Agro-biotecnología del Litoral, IAL-CONICET, de Argentina, están trabajando en el desarrollo de cultivos transgénicos que permitirán elevar la producción agrícola actual y acompañar el crecimiento demográfico que se prevé en el futuro.

Las nuevas tecnologías permitirán aumentar la productividad inclusive en terrenos que no son de buena calidad o reciben pocas lluvias, o tienen problemas de salinidad, temperaturas extremas, u otras condiciones desfavorables.En nuestro país, un tema tan delicado como es el de la soberanía alimenticia, lamentablemente se ha politizado y hasta ahora no se han adoptado decisiones.

Todavía persisten los prejuicios para afrontar con decisión el problema de la producción agropecuaria a economía de escala, y aunque lo ideal sería desarrollar la producción orgánica, la realidad obliga a analizar alternativas antes de que sea demasiado tarde. La cumbre agropecuaria que se desarrollara este mes, es una oportunidad ara sincerar alternativas y adoptar decisiones que pueden ser clave para el futuro, ya sea protegiendo la producción cualitativa orgánica o dando el salto cuantitativo.

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