Miles de personas en 57 municipios del país se volcaron a las calles para protestar este jueves en un paro que inició como protesta por la condición económica del país, pero que se convirtió en la oportunidad para todos los indignados de protestar y se vio manchado por disturbios y pintura de grafittis en algunas ciudades.

La propuesta original del paro había sido presentada por las principales centrales obreras del país, pero a la protesta se unieron sectores estudiantiles, transportadores de carga, taxistas y grupos de campesinos asociados en el llamado “Comando Nacional Unitario”.

Entre los marchantes se encontraban el exalcalde Gustavo Petro, la excandidata presidencial Clara López, la exsenadora Piedad Córdoba y el concejal de Bogotá Hollman Morris.

Incluso se llegaron a ver grupos de uribistas pidiendo la renuncia del Gobierno nacional, aún cuando el Centro Democrático planea una segunda jornada contra el presidente Juan Manuel Santos para el próximo 2 de abril.

Las marchas en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Barranquilla, Tunja y Popayán se desarrollaron en general de forma pacífica, a pesar de brotes de violencia en las protestas, sobre todo en la Plaza de Bolívar de Bogotá.

Las propuestas

El Comando Nacional Unitario entregó a Santos un pliego con 15 peticiones en las que se trató de combinar los disímiles puntos de vista de los grupos asociados en el paro.

Uno de los puntos en común del pleigo de peticiones es las exigencias al Gobierno para que cumpla con una serie de compromisos: con los firmados para acabar el paro agrario de 2013, con los planteados en el paro estudiantil de 2011, y con propuestas de campaña como eliminar el 4×1000.

Entre las protestas se escucharon críticas a Santos por propuestas como la venta de Isagén y la posible venta de Ecopetrol y ETB, así como contra una posible reforma tributaria que subiría el IVA de 16 a 19% y el aumento del salario mínimo.

“Estamos marchando ante el estado de las cosas, las políticas gubernamentales en contra de los intereses del pueblo colombiano y los trabajadores, el aumento del salario mínimo por debajo del índice de precios al consumidor, la propuesta de reforma tributaria que lesiona gravemente los intereses populares”, dijo Gabriel Pérez, de la Confederación General del Trabajo (CGT).

Violencia y vandalismo

A pesar de que las marchas se realizaron mayormente en calma, algunas manifestaciones presentaron un lado sucio con agresiones a la Policía Nacional y actos de vandalismo.

Los más notorios se registraron en la Plaza de Bolívar de Bogotá, donde un grupo de encapuchados se peleó con el Esmad. Un delegado de la Defensoría del Pueblo y dos policías resultaron heridos en el enfrentamiento, en el que según la Policía se lanzaron cocteles molotov y explosivos artesanales. La Alcaldía rechazó los grafittis que pintaron los manifestantes en estaciones de TransMilenio y edificios del centro de la ciudad.

En el Cauca se presentaron deterioros en el orden público, por un bloqueo a la Vía Panamericana que condujo a disturbios con el Esmad. Vándalos llenaron de arengas los edificios de Popayán preparados para recibir a los miles de turistas que visitarán la ciudad en Semana Santa.