En nueva ronda de conversaciones, Cuba alerta a EEUU sobre el impacto de las medidas migratorias

Cuba expresó ayer a Estados Unidos su gran preocupación por las consecuencias negativas que tienen sobre las relaciones migratorias bilaterales las medidas adoptadas por Washington en septiembre y octubre pasados.

Durante una nueva ronda de conversaciones migratorias celebradas en la capital norteamericana, la nación antillana alertó una vez más sobre el impacto negativo de la suspensión del otorgamiento de visas en el Consulado estadounidense en La Habana.

Tal acción, al paralizar los trámites de los ciudadanos cubanos para visitar o emigrar a este país, obstaculiza seriamente las relaciones familiares y los intercambios de todo tipo entre ambos pueblos, indicó una nota difundida por la embajada cubana.

La delegación del país caribeño, encabezada por la directora general de Estados Unidos en la cancillería de la isla, Josefina Vidal, también reiteró su rechazo a la expulsión arbitraria de un grupo importante de funcionarios que trabajaban en su legación diplomática en esta urbe.

De acuerdo con el texto sobre el encuentro, ese paso ha afectado sensiblemente el funcionamiento de la misión, en particular del consulado y los servicios que este presta a los cubanos residentes en Estados Unidos, así como la atención a los norteamericanos que mantienen interés en viajar al territorio vecino.

El documento agregó que esas medidas fueron unilaterales, infundadas y políticamente motivadas.

Durante en diálogo con la parte estadounidense, que estuvo liderada por el subsecretario adjunto para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, John Creamer, Cuba llamó la atención, además, sobre el efecto contraproducente de la decisión de cancelar viajes de delegaciones oficiales de Estados Unidos a la isla.

Ello ha derivado en la posposición de intercambios de interés mutuo previamente programados, un hecho que, de mantenerse, podría profundizar las afectaciones a los intercambios en este y otros ámbitos, indicó la nota.

En relación con la marcha de los acuerdos migratorios vigentes, los representantes de la mayor de las Antillas instaron a Washington a cumplir su obligación de emitir no menos de 20 mil documentos de viaje anuales a ciudadanos cubanos para emigrar a esta nación.

Igualmente, trasladó su preocupación por la vigencia de la Ley de Ajuste Cubano, ‘que sigue siendo un estímulo a la emigración irregular y cuya derogación será esencial para alcanzar relaciones migratorias normales entre los dos países’.

Las dos delegaciones coincidieron en reconocer la repercusión positiva de la Declaración Conjunta suscrita el 12 de enero pasado y, específicamente, la eliminación de la política de pies secos-pies mojados y del Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos en la disminución de la emigración irregular.

Asimismo, concordaron en la utilidad del intercambio entre Tropas Guardafronteras y el Servicio de Guardacostas celebrado en julio y del encuentro técnico sobre tráfico de personas y fraude migratorio realizado en septiembre, al que se dará continuidad mañana.

Prensa Latina

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