La función social del turismo: un análisis desde la universidad 

Por Daniela Scotto D´Abusco, Mariana Sosa y Carlos Icaza | Docentes de la carrera de Turismo de la Universidad Nacional de Avellaneda

Cuando hablamos de turismo, automáticamente lo relacionamos con viajar muy lejos y conocer grandes atractivos, además de que se explica como una actividad meramente mercantil. Si bien se ha constituido desde sus comienzos como una tarea de naturaleza económica, posee también una dimensión socio-cultural y simbólica innegable, y eso lo podemos observar cada vez más en las propuestas actuales a nivel mundial. En las nuevas tendencias el eje está puesto en el conocimiento de la esencia de las comunidades, el contacto con culturas distintas, el encuentro con la naturaleza y la generación de experiencias memorables para el visitante, sin dejar de lado los impactos que la actividad genera en la localidad donde se desarrolla.

Hoy sabemos que el turismo es un fenómeno complejo que interrelaciona varios aspectos y que debe considerar múltiples variables para llevarse a cabo. Por eso, las carreras de Guía Universitario en Turismo y Licenciatura en Turismo de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) están pensadas bajo el Proyecto Institucional fundante que pone en relevancia la relación entre la Universidad y su territorio, en pos de la participación activa en procesos de cambio por el progreso y la mejora de la calidad de vida de la comunidad en la que se inserta, postulado que, a su vez, se retoma de la Reforma Universitaria de 1918, que este año cumple su centenario.

En ese sentido, creemos importante destacar que los planes académicos y las actividades propuestas surgen a partir de preguntarnos qué tipo de turismo necesitamos para construir la historia que nos merecemos, qué acontece en la transmisión como vehículo, como soporte para la construcción de nuevos sentidos que dejen una huella en la subjetividad, en la identidad, en la reflexión: el corazón de lo que muchos pedagogos denominan “experiencia formativa” (Larrosa, 2002).

Entre muchos de los debates actuales sobre nuestra actividad figuran la profesionalización de los trabajadores del turismo, la relación compleja que se da entre el discurso y la práctica, y el desafío de convertir la educación en turismo en una acción más «práctica» que «técnica», a partir de situaciones problemáticas que demandan reflexión. La impronta de la UNDAV en turismo parte de interrogarnos en torno a: cuál es su función social, qué temáticas resultan estratégicas para el desarrollo y cuál es el rol de la Universidad en la misión de generar acciones que articulen la producción de pensamiento-conocimiento con las necesidades sociales, con un fuerte contenido democratizador y emancipador.

Los contenidos están orientados a la formación en clave de mediadores turísticos, culturales y sociales en tanto sujetos gestores de recursos turísticos que, una vez detectados, deberán analizar, catalogar, estudiar y materializar en forma de proyectos. Estas innovaciones sociales implican otro tipo de producción de conocimiento y hasta permite replantearnos paradigmas de la actividad turística local e internacional, disputar el orden social en torno a que no sólo tiene que haber más universidad en la sociedad sino más sociedad en la universidad, y problematizar el propio concepto de práctica turística, desarrollando una mirada reflexiva y crítica sobre la práctica profesional.

Desde todos estos ángulos es que consideramos al turismo como una actividad socio-cultural colectiva que genera recursos económicos, hace circular conocimientos específicos de un lugar o elemento patrimonial e incentiva su sostenibilidad, a su vez que se convierte en un vehículo para recuperar el acceso a la ciudad, garantizando el derecho al paseo y al patrimonio como elementos fundamentales para la construcción de ciudadanía.

Esta concepción habilitada por la visión social de la UNDAV funciona de eje articulador entre la comunidad académica, la comunidad local y el patrimonio, y permite poner en práctica los principios establecidos por la Ley Nacional de Turismo 25.997, considerando al turismo desde un rol activo de concientización, aprendizaje y reflexión social.

Compromiso estudiantil

“Compromiso,” “participación”, “proactividad” son palabras que describen a los/as estudiantes de las carreras de turismo de la UNDAV. Capacitados/as para situar al turismo en el contexto de globalización que caracteriza a los procesos económicos, sociales, ambientales y culturales de la actualidad, participan activamente en diversas instancias vinculadas al quehacer de su práctica.

Tal el caso de Silvina Cardozo, graduada de la carrera de Guía Universitaria en Turismo y estudiante de la Licenciatura en Turismo quien, junto a Marcela Macari, Luz Gómez y Lorena Irigoyen, integran la Asociación Nacional de Estudiantes de Turismo (ANET). “Estuvimos participando en diferentes ámbitos e intercambiando con estudiantes de unidades académicas de todo el país. Además, hemos presentado un proyecto para la Secretaría Nacional de Compromiso Social Universitario de la ANET, debido a que nuestra universidad tiene una impronta social en la formación”, cuenta Silvina.

Asimismo, las estudiantes participan del comité organizador del Congreso Internacional de Turismo; y han expuesto trabajos en diversos eventos en Neuquén y Mar del Plata. “Es muy enriquecedor el intercambio con estudiantes de todo el país, con diferentes realidades y visiones del turismo. Nos parece que son lugares donde germinan muchas ideas y se aprende a trabajar en equipo”, asegura.

Fuente-Universidad Nacional de Avellaneda

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