Como en Europa, como en América Latina

Como en Europa, como en América Latina

Por Gabriel Peries*

El decreto presidencial argentino que consagra el continuum seguridad-defensa, en oposición a la tradición jurídica de división de esas esferas en campos de acción diferenciados, se da en un contexto internacional que alienta un revival de doctrinas político-militares de naturaleza contrainsurgente.

Esta determinación del gobierno de Mauricio Macri responde sin duda a una identificación de riesgos y amenazas que tiene un ojo puesto en la opinión pública. En ese sentido, la agenda de la inseguridad, ligada al delito y la violencia es un fuerte condicionante para la gobernanza tanto en las ciudades y países de América latina como en Europa o Estados Unidos.

Y es al mismo tiempo el movilizador de iniciativas de excepcionalidad, generalmente asociadas a dogmas del sentido común en torno a la “mano dura”.

Pero la coincidencia de voluntad de reforma de roles de las Fuerzas Armadas argentinas con otros fenómenos globales que vuelcan la mirada sobre el “enemigo interior” es poco más que una coincidencia.

En principio debemos señalar que se da junto con otros fenómenos regionales (la revisión propuesta por el electo presidente de México de dar un giro en la “guerra contra las drogas”, la polarización social y política en todos los países de la región) pero dentro del marco de la ofensiva que está dando el complejo militar-industrial norteamericano contra la autonomía internacional de Europa.

El ingreso de Colombia en la OTAN, en mayo del 2018, que podría parecer como una burla geopolítica, no lo es. Es una manera de integrar en el espacio « defensa » de Europa, la experiencia colombiana de lucha contra un « enemigo interior » que duró más de 50 años.

Y por su lado, Europa aporta su expertise militar desarrollado en contra Daech y otros dispositivos que practican en terrorismo en África y en el Medio Oriente, así como contra las redes que conducen atentados en los espacios intra-europeos (en París, en Buselas, Madrid).

Esta situación estratégica reinsertó en Europa las doctrinas de la época de la guerra de Argelia (incluida la reedición de textos clásicos de la Doctrina de Guerra Revolucionaria prologados por el general David Petraeus).

Lo que está ocurriendo se lee claramente al seguir el hilo doctrinario de las revistas de la doctrina militar francesa desde 2013.

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Luego de que el presidente Nicolás Sarkozy reintegrara al Estado francés en el Comando de la OTAN, que De Gaulle había quitado en 1966, se abrió una caja de pandora y de vasos comunicantes con América Latina.

De Gaulle quería evitar, precisamente, que las Fuerzas Armadas francesas intervinieran sobre el territorio nacional bajo el control de una potencia extranjera. O sea, fue un hecho institucional de afirmación soberana que nadie se había atrevido a discutir desde entonces.

La reforma del sistema impulsada por Sarkozy, nuevamente, es simétrica en el caso de Argentina. El continuum seguridad-defensa, anticipado en el Libro Blanco de la defensa hace 10 años, llega ahora al espacio geopolítico de aquellos países que tenías las dos esferas separadas para resguardo de las libertades públicas.

Este modelo que se diferencia del de los países andinos, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, cede, en el caso de Argentina ante la doble presión hemisférica estadounidense y la evolución doctrinaria europea (fundamentalmente en Francia) a consecuencia de las experiencias de combate en Afganistán y África.

Por otra parte, cabe señalar que el decreto de reforma de roles de las Fuerzas Armadas se da en un contexto en que en tanto la Argentina sigue perteneciendo a los sistemas TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca) y de la JID, (Junta Interamericana de Defensa), que prevé su implicación en la lucha contra el enemigo interior, en el supuesto de combate contra el terrorismo.

¿Qué estructura democráticamente electa estableció control del contenido de las producciones de estas estructuras hemisféricas desde un punto de vista doctrinario?   Este esquema práctico está claramente definido en la producción doctrinaria de la JID, entidad, como la OTAN, controlada política y presupuestariamente por Estados Unidos.

Y es en esos foros de “cooperación” militar autonomizados de controles políticos donde se construyen hoy en día las doctrinas contra-insurgentes en América Latina.

Es decir que si uno cruza estos circuitos, el tratado de la OTAN y el de la constelación TIAR-OEA-Pentágono, y las doctrinas antiterroristas de la JID que orbitan el decreto recientemente firmado, vale afirmar que la Argentina acaba de reanudar los vínculos con sus aliados de la Guerra fría.

La experiencia liderada por Argentina y Brasil hace una década, ese impulso por autonomizarse del espacio geoestratégico norte-americano en UNASUR, parece haber concluido.

El modelo de integración militar continental para intervenir tanto al nivel interno, nacional, regional, como transnacional, se queda sin control democrático.

De una cierta manera, esto se da en el mismo momento en que Europa se encuentra cercada por conflictos que proyectan olas de refugiados hacia sus costas.

Argentina, recuperando su tradición del origen francés de las prácticas contra-insurgentes podrá intervenir con Colombia en África y en el medio-Oriente para luchar contra el terrorismo, algo que alienta el presidente norteamericano Donald Trump desde una lógica contable.

Argentina, Colombia o México, deberá hacer frente al costo del esfuerzo de “seguridad nacional” justo en el momento del despliegue de un ajuste diseñado por el FMI, y cuando varios países de Europa, están recortando los presupuestos públicos bajo la normativa de políticas neo-liberales.

Argentina seguramente se verá implicada en la misión de verificar y controlar los movimientos de poblaciones en América Central o en la frontera de México con Estados Unidos.

Asi, un país del Cono Sur volverá a tener su papel de policía militarizada al nivel sub-continental. El continuum de policial-militar (Gendarmería, Fuerzas Armadas) podrá proyectarse más allá de la mera dimensión nacional.

El decreto argentino resulta un síntoma geopolítico dentro del marco de las alianzas que federa la national security doctrine que vuelve a discutir el tema de la guerra contra el enemigo interior. ¿El enemigo de quién? ¿Definido dentro de qué marco estratégico?

Se trata aqui de ofrecer al lector un comentario del decreto n° decreto 683/2018, publicado el 24 de julio 2018, firmado por el presidente Macri , su jefe de Gabinete Marcos Peña, y el actual ministro de defensa. O. Aguad. El tema que orienta este comentario es que este texto oficial vuelve a autorizar las capacidades de intervención de las FFAA sobre el territorio nacional argentino en tareas de seguridad interior. Se subraya de esta manera la vuelta del intervencionismo militar sobre el territorio nacional : “El ministerio de Defensa considerará como criterio para las previsiones estratégicas, la organización, el equipamiento, la doctrina y el adiestramiento de las Fuerzas Armadas, a la integración operativa de sus funciones de apoyo logístico con las fuerzas de seguridad”.

Por lo visto, desde la ley 24 059 promulgada en 1992, ya se había vuelto al concepto de seguridad nacional que afianzaba el Estado Argentino y su aparato de defensa a las pautas organizativas de los Estados Unidos despues de la Guerra fría. El presente decreto se injerta dentro de esta lógica que promueve un continuum entre fuerzas de seguridad y la FFAA para luchar contra un supuesto enemigo interior. Una pregunta  ¿pero hoy cuál es? El narco traficante y el terrorista enfatizan las actuales leyes relacionadas con el antiguo concepto de la seguridad nacional. Desde su dimensión continental, una tal decisión pone de relevie que este despositivo post-guerra fría, hace que el Estado argentino tome las mismas pautas que México, con los resultados que se conocen en esos dominios. Núnca  hubo la menor victoria con el narco y  la moneda de venta,  de enriquecimiento de las diferentes redes implicadas hasta la corrupción la más absoluta, sigue siendo, al nivel internacional, el dolar.

Para no entrar en un simple esquema maniqueo, se puede tratar de entender la vuelta de esta lógica doctrinaria salida de la Guerra fría bajo dos aspectos relacionados a una tentativa estratégica de la vuelta de un management del contról de los instrumentos de la soberanía por entidades de dominación internacional.

*Profesor en IMT-Business School, Evry Francia. Investigador en el LinX Ecole Polytechnique, Francia, y en el CEL-Universidad Nacional de San Martín


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