Amazonia: ¿Qué provoca una guerra? – Por Carlos Moldiz

Los conceptos vertidos en esta sección no reflejan necesariamente la línea editorial de Nodal. Consideramos importante que se conozcan porque contribuyen a tener una visión integral de la región.

Por Carlos Moldiz *

La historia política de la Amazonía es conflictiva hasta la era contemporánea y se puede afirmar que aún hoy es el escenario de diferentes tipos de conflictos y tensiones geopolíticas, aunque ya no solamente desde la acción de actores estatales. Si bien los primeros antagonismos se dieron entre imperios y Estados, ahora también involucran a otro tipo de sujetos, como grupos armados irregulares así como a diferentes ramas del crimen organizado, particularmente el narcotráfico.

Paul R. Hensel y Michael E. Allison, en su investigación The Colonial Legacy and Border Stability: Uti Possidetis and Territorial Claims in the Americas, apuntan que fronteras con un legado colonial son mucho menos estables que aquellas sin ese pasado y mucho más si las mismas fueron controladas por diferentes imperios. Esto parecería confirmarse, sobre todo tomando en cuenta que la actual distribución territorial entre los países amazónicos responde a jugadas previas hechas por portugueses contra españoles. No obstante, como veremos más adelante, las guerras entre Estados amazónicos no se dieron necesariamente por demarcaciones fronterizas, que mas bien fueron definidas por una gran cantidad de tratados, es decir, por la vía diplomática.

Philip Le Billon, en The political Ecology of War afirma, por otra parte, que aquellos Estados ricos en recursos naturales son más proclives a sufrir conflictos armados de carácter civil así como también inter-estatal. Como dijimos, la Amazonía es una región rebosante al extremo de todo tipo de recursos naturales que la hacen vulnerable a convertirse en escenario de futuras disputas geopolíticas y de otros tipos. Y como veremos, las principales guerras entre Estados amazónicos se dan en consonancia con el boom de ciertas materias primas en el mercado mundial.

Primer período de conflictividad (1494 -1777)

Es una tierra codiciada, como dijimos. Tan tempranamente como 1494, sólo unos años después de que se iniciara el proceso de colonización de nuestro continente, portugueses y españoles ya establecían sus respectivas áreas de influencia mediante el Tratado de Tordesillas, que fue ignorado por los primeros, que se extendieron desde una pequeña porción del noreste hasta ocupar, actualmente, cerca del 50% del territorio sudamericano.

Al Tratado de Tordesillas le siguió el infructuoso Tratado de Madrid en 1759, que pone en práctica el principio de Uti Possidetis en un contexto donde ahora también se contaba con la presencia de los reinos de Gran Bretaña, Francia y Holanda, atraídos por las prometedoras tierras amazónicas y caribeñas para producir algodón, azúcar y café mientras iniciaban otra grande y sombría rama del comercio de aquellos tiempos: la trata de esclavos.

El Tratado no fue respetado por los bandeirantes portugueses, quienes se encontraban en busca de oro y nuevas tierras; en 1763 se firma el Tratado de Paris, que nuevamente es dejado de lado, hasta el definitivo Tratado de San Idelfonso, de 1777, firmado y aplicado cuando los portugueses ya habían logrado extender su espacio efectivo hacia el sur hasta marcar las fronteras de una gran parte de lo que corresponde actualmente a la República Federativa de Brasil.

Segundo período de conflictividad (1826 – 1920)

Como es sabido, la lucha por determinar qué parte de la Amazonía y sus recursos le corresponden a qué sujeto se intensifica durante el siglo XIX, en consonancia con el establecimiento de soberanías efectivas de los Estados del modelo westfaliano recién independizados.

Es llamativo, sin embargo, que la delimitación de fronteras entre los países de la Amazonía no se dé principalmente por medio de guerras, sino por la firma de tratados donde Brasil “legaliza” efectivamente lo que ocupó en los hechos, tal como afirmaba Barón Del Río Branco, uno de los exponentes más influyentes de la geopolítica del Brasil

Así, Brasil firma Tratados con todos sus vecinos hasta finales del siglo XX, que consolidan su dominio sobre lo que actualmente constituye su territorio. Durante aquella etapa destaca la guerra entre la Gran Colombia y Perú en 1828 y 1829, antes de que Ecuador y Venezuela se separaran definitivamente de aquel territorio fundado por Bolívar.

Una vez independizado Ecuador, se desata una guerra entre este país y Nueva Granada, por la soberanía de las tres provincias amazónicas de Pasto, Popayán y Buenaventura en 1832. Luego del Fracaso de la Confederación Perú – Boliviana ambos países entran en guerra entre 1831 y 1848, hasta que José Ballivián logra ingresar hasta Lima y se firma un Tratado en base al principio del Uti Possidetis.

Perú y Colombia no llegan a entrar en guerra hasta el siguiente siglo, pero si se dan escaramuzas y conflictos aislados entre estos países por la región del río Putumayo, impulsadas por la extracción de caucho y goma un par de décadas antes de que dichos recursos entraran en auge por la industria del automóvil.

En realidad, la definición de las fronteras entre estos países amazónicos y sobre todo entre ellos y Brasil no concluye hasta finales del siglo XX. No obstante, es notable la ausencia de guerras en un sentido estricto hasta finales del siglo XIX. Es decir, aunque la delimitación fronteriza de estos Estados se extiende hasta casi nuestros días, en realidad, esta se dio sobre todo mediante mecanismos diplomáticos donde Brasil tuvo siempre la iniciativa.

La conflictividad de este periodo, es por lo tanto, una de muy baja intensidad, donde los encuentros armados se producen sin la actuación directa de los ejércitos regulares entre países amazónicos sino entre poblaciones fronterizas que luego desembocan en la firma de tratados.

Un nuevo periodo se inaugura con el auge de la goma en el mercado internacional. La Amazonía, rica en diferentes variedades de la especia Hevea, es arrastrada por la demanda de las industrias del calzado y el automóvil. Los diferentes Estados que conforman la región amazónica exploran sus propios bosques, colonizándolos. Colombia, Perú y Bolivia entran en conflicto con Brasil. Los mueve el deseo de control sobre territorios con abundantes ejemplares de hevea.

La guerra más importante de este periodo es la Guerra del Acre, que involucra a Brasil y Bolivia y, hasta cierto punto, a Perú, y que culmina con la firma del Tratado de Petrópolis en 1903.

Este Tratado oficializa la soberanía brasilera sobre una vasta parte de la Amazonía que comparte aún hoy con Perú y Bolivia. Esta triple frontera, donde actualmente se encuentra Bolpebra, no es el escenario del último conflicto amazónico.

Tercer período de conflictividad (1920 – 1941)

Le sigue la guerra Perú – Colombia por los territorios del Putumayo y el Trapecio Amazónico en 1932 y la Guerra Perú – Ecuador de 1941, que termina a favor de Perú.

Acá existe una coincidencia entre los dos auges de la goma en el mercado mundial, 1880 – 1920 y 1938 – 1945, con las tres guerras mencionadas que involucran a Brasil, Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador. Esto confirma, de alguna manera, la teoría expuesta por Le Billon respecto a la vulnerabilidad de Estados ricos en recursos naturales para sufrir diferentes tipos de conflicto.

¿Cuarto período?

Aunque no se puede hablar de un cuarto periodo de “conflictividad geopolítica” en la Amazonía, debido a que durante la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX no se dieron guerras entre estos Estados, se debe notar que la delimitación fronteriza entre Ecuador y Perú se da solo después de otra guerra entre ambos países tan tardíamente como 1995: la Guerra de Cenepa, que no es un conflicto formal pero si uno muy intenso y concluye en 1998 con la actual delimitación territorial entre ambos países.

Las dinámicas de conflictividad en el siglo XXI tienen aspectos novedosos que se diferencian de las guerras entre Estados. Actualmente existen en la Amazonía otro tipo de sujetos, y focos de conflictividad de media y alta intensidad como los provocados por grupos armados irregulares, como lo eran Sendero Luminoso y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), o grupos del crimen organizado relacionados a diferentes actividades económicas ilícitas, donde sobresale el narcotráfico.

La región amazónica, más allá de algunos momentos y lugares precisos, nunca fue una región totalmente pacífica. La historia de los bosques nunca lo es. Hoy en día ese inmenso territorio se encuentra plenamente incorporado al mercado mundial, a través de diferentes tipos de industrias e iniciativas. Nunca antes se le había puesto tanta atención como lo hacemos ahora.

* Cientista político boliviano. Extracto de la monografía “Áreas estratégicas de la Amazonia globalizada”.


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