Tercerización: las nuevas formas de la informalidad

Por Altagracia Jiménez *

La República Dominicana, una media isla del Caribe situada en un lugar estratégico, no está exenta de las embestidas que provocan las políticas neoliberales que hemos vivido en carne propia por muchos años. Nos sucede a nosotros, tanto como a nuestros hermanos y hermanas de Latinoamérica y el Caribe.

En mi última participación en la 107° reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo de la OIT he podido acompañar a mis compañeros y compañeras de la CLATE en un importante desafío: plantear nuestra visión acerca del futuro del trabajo en el Sector Público. Y pensar de manera colectiva lo que significa la amenaza de la tercerización del empleo dentro del Estado.

Mientras en muchos países se celebra la aplicación y la defensa del Convenio 151 de la Organización Internacional del Trabajo sobre el derecho a la negociación colectiva por parte de los sindicatos que nuclean a trabajadores del Estado, en mi país este derecho sigue siendo un anhelo. Necesitamos esta herramienta para poder luchar contra el avance del neoliberalismo, que sólo pretende menos derechos para la clase trabajadora.

La tercerización en mi país no es un hecho de este momento, sino que siempre fue una práctica cotidiana, sobre todo en el sector privado. En la administración pública siempre hubo nuevas formas de contratación, fuera de la formal. Y también estaba el clientelismo político porque no teníamos una ley que nos regulara. Pero esas personas que llegaban a ocupar un puesto en el Estado, con calidad o no, tenían un mínimo de protección como cualquier trabajador formal.

La gravedad del caso reside cuando esta nueva modalidad de tercerización en las contrataciones llega a la administración pública: se trata de una nueva forma de empleo informal.

¿Tenemos claro que el Estado es el ente regulador para lo público y lo privado? ¿Cómo puede regular las relaciones laborales cuando él mismo infringe la ley? ¿Con qué calidad puedes regular a los otros si tú no cumples tus deberes?

En los últimos años, el número creciente de compañeros y compañeras tercerizadas en República Dominicana es alarmante: esto no sólo niega sus derechos como trabajador, sino que hoy vemos como resultado de eso la baja calidad de los servicios públicos, no en todos los ámbitos pero si de manera significativa, sobre todo en el ámbito de la salud.

Porque el flagelo de la tercerización no sólo tiene que ver con el empleo en las áreas de administración, sino que se amplía en puestos claves, elementales para un diagnóstico certero que salve la vida de las personas. Estamos hablando de empleo tercerizado en las áreas técnicas de la salud, como la radiología, donde abundan los subcontratados.

Y lo más grave de todo esto es que se limita sustancialmente el desarrollo de la organización sindical dentro del Estado, porque esos trabajadores no son parte de las nóminas oficiales, sino que en muchos casos ni siquiera saben quién es su empleador. Las organizaciones sindicales hemos llegado a organizarlos, pero no son reconocidos porque el empleador detectado no es el empleador oficial.

Colocar este debate y esta denuncia en el seno de la OIT es un llamado a la atención para los Estados y los representantes gubernamentales. No es momento de llorar, necesitamos llamar a todas las organizaciones para debatir este tema con seriedad. Porque de esto se trata la defensa del empleo público hoy.

Sabemos que nuestro trabajo dentro del Estado estamos defendiendo el derecho ciudadano. Y no vamos a resignar esa lucha.

* Secretaria general de la Confederación Nacional de Trabajadores del Estado (CONATE), Vicepresidenta de la Confederación Sindical de las Américas (CSA-CSI)


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