CLACSO | Rosa Cañete, directora de Oxfam: “Cuestionar el rol de los Estados es cortarse los propios pies”

Entrevista a Rosa Cañete, directora de Oxfam

Por Carla Perelló, de la redacción de NODAL

“La captura del Estado es el Ejercicio de influencia abusiva por parte de élites económicas y políticas, para que las leyes de los gobiernos funcionan de acuerdo a sus intereses”, explica el informe “Democracias capturadas: el gobierno de unos pocos”. A través del análisis de 13 casos la organización internacional Oxfam en alianza con el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) lograron identificar los mecanismos que las élites han implementado a lo largo de los años para lograr lo que denominan “captura del Estado”, prácticas que acaban por profundizar la desigualdad y perjudicar a la democracia en la región latinoamericana y caribeña.

El trabajo fue presentado en el  I Foro Mundial del Pensamiento Crítico que se llevó a cabo en Argentina, entre el 19 y el 23 de noviembre. En esa ocasión, NODAL entrevistó a Rosa Cañete, coordinadora regional del Programa de Lucha contra la Desigualdad y la Captura del Estado de Oxfam en América Latina y el Caribe.

Ustedes hablan de elite política y económica, ¿cuál es la diferencia entre ellas y qué mecanismos utilizan respectivamente para hacer esta captura del Estado que denuncian?

En primer lugar hay que aclarar que hemos abordado estas dos y no otras elites que también son importantes como las militares,con mucho protagonismo en Centroamérica; el narcotráfico o las élites religiosas y su incidencia para frenar temas como la legalización del aborto. Entonces, centrándonos en élites políticas y económicas es importante marcar algo: la línea divisoria entre ambas es cada vez más difusa. Si bien en los 90 fue clarísima la presencia empresarial en los puestos electos, luego bajó durante la primera década de los 2000 y la influencia fue más desde afuera. A partir del 2008 se observa de nuevo un crecimiento de la presencia de la élite empresarial en puestos electos y, por lo tanto, en ser élite política también y eso tiene un alto riesgo porque se generan conflictos para el bien común. Cuando un alto ejecutivo de una empresa ocupa un cargo público son altísimos los conflictos de interés porque puede llegar a privilegiar al interés privado por encima del interés colectivo, que es el que debe representar una élite política, pero además afecta incluso la competencia dentro del sector privado. Una persona con un alto cargo en una empresa que a la vez tiene un puesto ministerial tendrá acceso a información privilegiada para tomar decisiones estratégicas que pueden beneficiar a su propia empresa, por eso es que esto debería preocupar también al sector privado. En el estudio se ve claramente el caso de El Salvador, donde hay un movimiento continuo entre altos cargos de la Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) que se mueven al Ministerio de Hacienda y Finanzas que es el que debe regular ese sector y tomar decisiones, por ejemplo,para salvar al sistema de pensiones. Ahora, si separamos ambas elites vemos los principales mecanismos que han utilizado de manera directa cada una. Las élites políticas han sido procesos de corrupción. Es decir, lo que todo el mundo entiende como corrupción que es la apropiación de los recursos públicos en manos privadas y no sólo eso, sino en manos partidarias. No sólo ha habido casos de enriquecimiento personal sino mayoritariamente para utilizar los fondos públicos para sus estrategias de campaña. Como fue el caso de las elecciones en República Dominicana, en 2011, allí el partido de gobierno generó un déficit de un 8 por ciento del PIB de gasto extrapresupuestario. Esto quiere decir que utilizaron los recursos que estaban en el presupuesto y generaron un 8 por ciento de gasto más que hubo que financiar luego con una reforma tributaria para que no se hundiera la economía. La otra vía de la élite política es el uso clientelar de los recursos públicos: los partidos utilizan recursos que son para garantizar derechos, se apropian de ellos para ganar el favor político. Esto lo hemos visto en un montón de programas que terminan por dar un claro ganador como benefactor y eso se utiliza políticamente. La élite económica estando fuera del poder utiliza otra serie de recursos como son las campañas mediáticas, un lobby feroz, la puerta giratoria o lo que llamamos “estar a los dos lados del mostrador” y el velo técnico. Otro importante a resaltar es la generación de marcos regulatorios que priorizan la voz del sector empresarial en la toma de decisiones públicas por encima de la participación ciudadana.

En el VIDEO de la campaña que hicieron para difundir este informe, sobre el final menciona que hará crecer a la “clase media”, ¿qué rol tiene la clase media aquí? ¿de qué manera las prácticas que mencionan afectan a la población en general?

Las clases medias y los sectores con menores ingresos necesitan del Estado para garantizar sus derechos, por lo tanto, necesitan estados fuertes que provean servicios públicos de calidad, universales, gratuitos, de acceso a toda la población. Lamentablemente los escándalos de corrupción en la región, con razón, hacen que gran parte de la población desconfíe de esa clase política…..pero el problema es más que eso. La gente traslada ese cuestionamiento al propio Estado y cuestionar el rol de los Estados y es como cortarse los propios pies, porque estás cuestionando al único ente que tiene como función garantizarte los derechos. El sector privado no tiene esa función, su base fundamental es la búsqueda del beneficio individual y privado. Por eso, es importante tomar conciencia de que si bien la clase política ha cometido actos de corrupción, también lo ha hecho el sector privado. Los medios de comunicación no han sido suficientemente claros en visibilizar esto. En el caso de Odebrecht, que ha sido paradigmático, los únicos visibilizados y castigados han sido quienes pertenecen a la clase política. Nadie ha hablado del rol del sector privado en esto y fueron tan corruptos o más de lo que fue la clase política. Entonces, asociar la corrupción sólo al sector público es erróneo, tenemos que entender que también afecta al sector privado y cuestionar el rol del Estado y del sector público por el ejercicio de ciertos gobernantes, de ciertos líderes políticos, es también aniquilar la posibilidad de generar sociedades más igualitarias. Es importante generar contrainformación que genere opinión pública favorable a la mejora y a la eficiencia de los Estados.

En el informe justamente mencionan como un mecanismo en sí mismo las campañas mediáticas y prácticamente ha sido utilizado en la totalidad de los casos que analizan…¿por qué?

Es brumador el rol que juegan los medios de comunicación en la construcción de opinión pública y el rol que deberían jugar para garantizar sistemas democráticos. Son esenciales y en muchos casos están siendo controlados por intereses privados. Hoy, en América Latina, cuatro de cada cinco lectores se informan sólo con cuatro o menos medios. Esto les da un poder desproporcionado y muy a menudo generan información que está tamizada por los intereses del capital que está detrás de esos medios. También hemos visto lo contrario con los Panamá Papers desnudando unas prácticas… o sea, pueden jugar el rol de promover la democracia y la información desnudando prácticas ilegales e ilegítimas o puede jugar otro. Tal es el caso de Ecuador y la discusión del impuesto a las herencias que proponía Rafael Correa, un impuesto que hubiera afectado a un porcentaje de población bajísimo, menos del uno por ciento. Pero tanto los medios de comunicación como el candidato opositor (Guillermo) Lasso, vinculado al sector financiero -que sí hubiera estado afectado por un impuesto a las herencias- generaron una campaña en la cual consiguieron que la población organizara marchas y protestas en contra de esta medida. Es algo que no tiene ningún sentido, la mayoría de la gente que se manifestaba jamás habría tenido la suerte de que le afectara ese impuesto. En ese sentido, es central conseguir empujar reformas progresivas porque además te acaban vendiendo que esto va a afectar a las clases medias o a las clases pobres. Si aumentas los salarios te dicen: “se va a reducir el empleo”. Entonces tú deberías oponerte a un aumento salarial porque te va a afectar a ti mismo y te vas a quedar sin trabajo. Es perverso. Y las elites políticas han logrado capturar la generación de opinión pública en múltiples países de la región limitando la libertad de expresión y la independencia de los medios. Esto hay que frenarlo, hay que frenar a ambas élites.

¿Cómo juegan estas articulaciones de las elites y ese desprecio por lo público que a veces expresa la clase media para la emergencia de figuras como el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro?

Hay un dato que es tremendo, recién publicado en el latinovarómetro: el 79 por ciento de la población en América Latina piensa que los gobiernos gobiernan para los poderosos. La población está convencida de que hay una captura del Estado. En general se asocia a la clase política, sólo se culpa a la clase política, pero al culpar a esa clase, se culpa al Estado y a la democracia. Y, en ese sentido, hay otro dato tremendo: el 25 por ciento, y va en aumento, plantea: “A la gente como nosotros nos da igual un sistema democrático que uno no democrático”. Eso es realmente peligroso. Esto es lo que está dando lugar al surgimiento de esas nuevas figuras que aparecen como nuevos políticos aunque no necesariamente lo son (N de R: Bolsonaro ejerce cargos electivos desde 1988). Hay figuras empresariales que aparecen en escena y esta supuesta regeneración hace creer a la ciudadanía que pueden cambiar el sistema cuando vienen con propuestas antidemocráticas o que están fuertemente afectadas por intereses empresariales. Esto es algo que debemos repensar en América Latina y trabajar fuertemente para que ese hastío de la democracia no acabe generando respuestas que van en contra de sus bases fundamentales.

¿Qué pasa en casos como el de Lula, en Brasil, donde el procedimiento judicial ha sido al menos dudoso, y al mismo tiempo era el candidato con mayor intención de voto, pero el PT era demonizado y está asociado a la corrupción con el caso Odebrecht?

Creo que en América Latina es urgente regenerar el liderazgo partidario. Es evidente, los datos lo indican claramente, que hay un hartazgo y una insatisfacción muy fuerte con la clase política que ha gobernado la región hasta ahora. Es importante impulsar esa regeneración dentro de las izquierdas porque las derechas sí están empezando a regenerar y sino se regenera el sector más progresistalas batallas electorales van a ganarlas los sectores que muy a menudo impulsan políticas que profundizan las desigualdades.

Por otro lado, en Guatemala, hubo movilizaciones, una comisión contra la corrupción de la ONU que se instaló para investigar este tipo de situaciones, pero cuando se señaló al presidente Jimmy Morales por financiamiento ilícito de su campaña electoral la comisión terminó por ser expulsada del país. ¿cómose hace para romper este techo?

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El proceso que se hizo en Guatemala es impresionante, consiguieron algo difícil en la región: que los casos de corrupción manejados desde la presidencia no quedaran impunes. Eso creo que es un logro que no se puede olvidar, no se puede pensar que se perdió la batalla, aunque quedan muchos otros pasos que dar en el camino. Creo que algo urgente es fortalecer la movilización social y política, una movilización social que parta desde un convencimiento tan básico como la igualdad es algo que une a todas las personas más allá de las fracciones que suele haber dentro de los movimientos. Hay que ir a ideas unificadoras, es lo necesario para garantizar un avance delmovimiento progresista en la región. Creo que también es importante que se avance hacia una representación política de esos movimientos. El poder hay que tomarlo y, por lo tanto,es importante la regeneración de la clase política, que surjan nuevos partidos, nuevos líderes que representen a las nuevas generaciones, que no vengan marcados por los errores anteriores y vuelvan a enamorar a la población para poder hacer una nueva avanzada como se hizo en los primeros años de la década del 2000. Que reduzca la pobreza y la desigualdad, porque América Latina probó que era posible. Quedaron muchas cosas por hacer, hubo cambios estructurales que están pendientes y debemos generar una ola queaprenda del proceso anterior y consiga profundizar esos cambios que no fueron llevados a cabo. La dependencia extractivista no se tocó, las reformas fiscales y tributarias no se profundizaron, precisamente por la dependencia extractivista. Si bien hubo avances marginales seguimos teniendo sistemas tributarios insuficientes e injustos. Hubo muchísimos partidos con un enfoque progresista que lograron aumentos en la inversión educación, en salud y en políticas de protección social, pero gracias a un financiamiento que no provenía de una redistribución ni de hacer pagar más a los que más tienen. Esto es una agenda pendiente que hay que enfrentar y es necesario convencernos atodos y a todas de que sólo con un Estado fuerte y eficiente podremos lograr un avance en garantía de derechos.


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